Soy afortunado.
Desde el momento en que nací lo soy, porque ya con haber nacido con todos mis
órganos y sin ningún tipo de enfermedad, condición o anomalía me considero una
persona con una oportunidad que ya bastantes de entrada no tienen. Sin embargo,
los seres humanos no solemos pensar de esa manera, no sólo acerca de eso en
particular si no acerca de prácticamente todo. Las cosas que estamos
acostumbrados a tener las damos por sentado, como han estado ahí todo el tiempo
no las valoramos en su justa medida y lo asumimos como algo “normal”, cuando en
realidad nada de lo que tenemos tiene por qué estar donde está ni estar
exactamente como lo queremos o nos sea cómodo.