Soy un venezolano como cualquier otro, nací y me crié en Caracas como la gran mayoría de las personas que conocí en la caótica capital venezolana. También soy español, gracias a que mis abuelos, gallegos, se vieron obligados a salir de España y Venezuela los acogió y pudieron hacer vida en el que, paradójicamente, era considerado el país de las oportunidades.
Tengo 19 años, pero desde que tenía 12, y tuve la oportunidad de viajar a Europa por primera vez, tenía algo muy claro: Yo no quería hacer mi vida en Venezuela, no quería desarrollarme profesionalmente ahí. ¿Por qué? Las personas creen que es porque le tengo arrechera a Venezuela, o sólo porque el país se fue a la mierda gracias a la premodernidad de su sociedad a la que se le suma un gobierno vil y nefasto... Lo cierto es que yo no le tengo arrechera a Venezuela, porque es el país donde crecí y nací, y tampoco que el país estuviese en una mala situación fue la razón principal para, finalmente, tomar la decisión de emigrar (aunque, lógicamente, ayudó).
Tengo 19 años, pero desde que tenía 12, y tuve la oportunidad de viajar a Europa por primera vez, tenía algo muy claro: Yo no quería hacer mi vida en Venezuela, no quería desarrollarme profesionalmente ahí. ¿Por qué? Las personas creen que es porque le tengo arrechera a Venezuela, o sólo porque el país se fue a la mierda gracias a la premodernidad de su sociedad a la que se le suma un gobierno vil y nefasto... Lo cierto es que yo no le tengo arrechera a Venezuela, porque es el país donde crecí y nací, y tampoco que el país estuviese en una mala situación fue la razón principal para, finalmente, tomar la decisión de emigrar (aunque, lógicamente, ayudó).